En el Ma . Caldas de Rainha.

En el MA 間. Centro de Artes Caldas de Rainha. Portugal

Comisariado por  Célia Bragança

O artista manipula a matéria do silêncio

O espaço “vazio”, a folha branca.

A mão contém o pincel com finos fios sem cor… sem tinta.

A tinta negra espera, o silêncio impera como indicador de um momento de concentração.

A mão percorre o espaço e constrói um movimento, rasga o vazio.

Os finos fios de um pincel concentrando a tinta líquida desenham o seu movimento no papel. E…, no silêncio, ouve-se o seu roçar sobre o papel macio, criando manchas negras promissoras de ideias que serão o princípio de imagens gravadas sobre uma matriz.

Com o seu saber o artista constrói a matriz, utilizando o pincel com verniz translúcido e pó metálico que com a sua textura e rudeza reluzente simula a mancha negra do pincel com tinta, através da capacidade de reduzir ao essencial elimina o supérfluo. É o processo de transformação do espaço vazio como síntese do seu imaginário.

A mancha texturada enche-se de tinta espessa e oleosa, negra. A sua densidade agarrada à matriz sob a pressão dos feltros macios e dos rolos apertados é transposta para o papel… . Num movimento lento o papel surge agora com um novo gesto, invertido, e impresso, com a marca das marcas da textura, de uma nova pincelada negra em contraponto com o branco do papel, o branco do espaço onde fica a viver.

Antonio Navarro cria as suas imagens no silêncio do atelier com o silêncio da monocromia, para serem desfrutadas na alegria de um novo “silêncio”, o silêncio necessário às leituras do espectador que remetem para um processo criativo introspectivo.

A cor negra na sua monocromia vive também no espaço da sala, suspensa por finos e invisíveis fios, na natureza da negritude de pequenos bocados de carvão.

Bocados de carvão que desenham novas formas no ar e que fixos convidam a uma leitura em movimento do espectador para uma percepção da forma ou de novas formas, de novas imagens, de outras manchas, de outras sombras, de outros negros, como uma caligrafia oriental numa escrita que se repete infinitamente, mas que nunca é igual.

Imagens silenciosas refletindo a busca incessante do artista, uma procura das formas que melhor comunicam no tempo o conteúdo do ser humano que, conscientemente dando ênfase ao mistério, se expõe no despojamento que revela a mais profunda harmonia.

Maio 2018

Manuela Cristóvão

Profª Auxiliar – Escola de Artes – Universidade de Évora

©antonionavarrofernandez

El artista manipula la materia del silencio

El espacio «vacío», la hoja blanca.

La mano contiene el pincel con finos hilos sin color … sin tinta.

La tinta negra espera, el silencio impera como indicador de un momento de concentración.

La mano recorre el espacio y construye un movimiento, rasga el vacío.

Los finos hilos de un pincel concentrando la tinta líquida dibujan su movimiento en el papel. Y …, en el silencio, se oye su rozar sobre el papel suave, creando manchas negras prometedoras de ideas que serán el principio de imágenes grabadas sobre una matriz.

Con su saber el artista construye la matriz, utilizando el pincel con barniz translúcido y polvo metálico que con su textura y rudeza reluciente simula la mancha negra del pincel con tinta, a través de la capacidad de reducir a lo esencial elimina lo superfluo. Es el proceso de transformación del espacio vacío como síntesis de su imaginario.

La mancha texturada se llena de tinta espesa y aceitosa, negra. Su densidad agarrada a la matriz bajo la presión de los fieltros blandos y de los rodillos lo transfieren al papel …. En un movimiento lento el papel surge ahora con un nuevo gesto, invertido, e impreso, con la marca de las marcas de la textura, de una nueva pincelada negra en contrapunto con el blanco del papel, el blanco del espacio donde se vive.

Antonio Navarro crea sus imágenes en el silencio del taller con el silencio de la monocromía, para ser disfrutadas en la alegría de un nuevo «silencio», el silencio necesario a las lecturas del espectador que remiten a un proceso creativo introspectivo.

El color negro en su monocromía vive también en el espacio de la sala, suspendida por finos e invisibles hilos, en la naturaleza de la negritud de pequeños trozos de carbón. Trozos de carbón que dibujan nuevas formas en el aire y que fijos invitan a una lectura en movimiento del espectador para una percepción de la forma o de nuevas formas, de nuevas imágenes, de otras manchas, de otras sombras, de otros negros, como una caligrafía oriental en una escritura que se repite infinitamente, pero que nunca es igual.

Las imágenes silenciosas reflejando la búsqueda incesante del artista, una búsqueda de las formas que mejor comunican en el tiempo el contenido del ser humano que, conscientemente dando énfasis al misterio, se expone en el despojamiento que revela la más profunda armonía.

Mayo 2018

Manuela Cristóvão

Scroll al inicio